
La Etnohistoria en México
La Etnohistoria en México La etnohistoria es una disciplina que combina la historia y la antropología para comprender cómo han cambiado las sociedades a lo largo del tiempo y cómo esos procesos siguen influyendo en el presente. En México, nació como una respuesta a preguntas muy concretas sobre la vida de los pueblos originarios después de la conquista y sobre los cambios sociales que se dieron en la época colonial. Hoy la etnohistoria se apoya en distintas fuentes: desde archivos históricos y códices hasta vestigios arqueológicos, testimonios orales y la observación de las prácticas actuales de las comunidades. Además, las nuevas tecnologías —como la digitalización de documentos y el uso de bases de datos— han abierto posibilidades para hacer preguntas nuevas y responderlas con enfoques innovadores.
Antecedentes
La etnohistoria en México surgió como respuesta a problemáticas sociales e históricas que exigían un enfoque particular: situar los datos en su contexto, comprender los procesos de cambio y establecer vínculos entre pasado y presente. Esta disciplina ha evolucionado a partir del diálogo con diversas corrientes teóricas de la antropología y de la historia, consolidándose como un campo interdisciplinario que combina el análisis documental con la investigación de la cultura material, la tradición oral y las prácticas vivas de las comunidades. Actualmente, la etnohistoria se nutre también de herramientas tecnológicas, como la digitalización de archivos y el manejo computarizado de datos, lo que abre nuevas posibilidades de análisis y permite replantear preguntas con enfoques innovadores.
La Dirección de Etnohistoria
La Dirección de Etnohistoria del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) celebra en 2025 su cuadragésimo octavo aniversario, habiendo nacido en 1977 como un Departamento de investigación. Su creación respondió a la necesidad de integrar la etnohistoria en el desarrollo institucional de la Antropología. La iniciativa, inspirada en las ideas del maestro Jiménez Moreno, fue concretada por el director del INAH, Gastón García Cantú, y la maestra Barbro Dalhgren asumió la dirección. Dahlgren conformó un equipo multidisciplinario pionero, incluyendo etnohistoriadores como Emma Pérez Rocha y Perla Valle, junto con arqueólogos, historiadores y antropólogos. En 1981 el Departamento fue elevado a la categoría de Dirección. Desde sus inicios, la Dirección se ha enfocado en proyectos colectivos e interdisciplinarios. El primero, sobre la Etnohistoria de la Cuenca de México, generó importantes líneas de investigación, como el estudio de la Frontera Mexica-Tarasca (Dra. Rosa Brambila Paz) y las investigaciones sobre los Tepanecas en Tacuba y Azcapotzalco (Maestra Emma Pérez-Rocha), que han resultado en diversas publicaciones. Además, el Departamento apoyó la investigación arqueológica del Proyecto Templo Mayor con el estudio sistemático de fuentes escritas del siglo XVI, plasmado en el libro Corazón de Copil. Investigadores como Jesús Monjarás-Ruiz y Rafael Tena se incorporaron posteriormente. En 1983, la Dirección se trasladó al Museo Nacional de Antropología y Jesús Monjarás-Ruiz tomó la jefatura. Bajo su liderazgo se impulsaron proyectos de gran calado, siendo el de Códices Mesoamericanos uno de los más trascendentes, con resultados publicados en varias series. Destaca también la labor de Perla Valle en el estudio del Códice Kingsborough y la Ordenanza del Señor Cuauhtémoc. Otro eje fundamental de trabajo ha sido la organización de los Coloquios de documentos pictográficos y coloniales de tradición náhuatl (iniciados en 1983), que fomentaron el intercambio de ideas con colegas nacionales y extranjeros y cuyos resultados se plasmaron en varias publicaciones. La Dirección también coordinó la recuperación y edición crítica de la obra de investigadores como Robert Barlow y Paul Kirchhoff. Uno de sus tantos logros, es la obra enciclopédica Historia General de la Antropología en doce volúmenes, coordinada por Carlos García Mora, que tuvo un notable impacto académico. En 1998, el historiador Luis Barjau Martínez asumió la Dirección, impulsando seminarios como "Integración y desintegración de los pueblos indios". Para el XXV aniversario (2002), se publicó el libro Visión alternativa del tiempo. Actualmente, se mantiene un seminario sobre la revisión crítica de los Conceptos sobre Etnohistoria. Con 15 investigadores en su plantilla, tres de ellos eméritos, la Dirección de Etnohistoria desarrolla proyectos que cubren la amplia trayectoria de las estructuras políticas, religiosas, económicas y sociales de la población mexicana. Esta labor se extiende cronológicamente desde la época prehispánica hasta nuestros días. Tras casi cinco décadas de existencia, la Dirección sigue siendo un referente esencial en la investigación histórica y antropológica.
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